miércoles, 15 de octubre de 2014

#2wTREE_005 - La mentira de los discursos.

Soo Jin Yim-Heil en una de las performances realizadas, Souvenirs.

   “El mundo parece haber tomado el camino de la barbarie, nos han quitado derechos y recursos, pero sobre todo nos han quitado las palabras. Libertad, justicia, solidaridad, amor, alegría, ya no significan, les han quitado su significado y las han llenado de ruido y basura para que no sepamos qué somos. Hoy más que nunca es necesario volver a la poesía para oír palabras verdaderas y amortiguar la mentira de los discursos”. Todo esto sostiene José María Guijarro, un artista cuya caligrafía se asemeja al tailandés antiguo.

   El pasado 10 y 11 de octubre se presentó el Festival de Poesía Visual 2014 en La Casa de Quevedo en Torre de Juan Abad, Ciudad Real. Se trató de un programa multidisciplinar consistente en dos performances y dos exposiciones. Una iniciativa de un grupo de amigos que trabaja en el ámbito del arte: la coreógrafa y bailarina de Corea del Sur, Soo Jin Yim-Heil, el escritor y crítico de arte alemán Heinrich-Heil, y el escultor español José María Guijarro

   El programa 2014 giró en torno a dos temas. Uno es el drama de la migración a la que se ven empujados millones de seres humanos, nacidos en las zonas más pobres del planeta y que huyen de la pobreza. Es el motivo de una performance (Próxima Estación) que se realizó en medio de una instalación de esculturas, y que se estrenó en Burgos 2010. El otro tema de este Festival es el recuerdo de la Primera Guerra Mundial, desde el punto de vista del dolor y el destrozo del cuerpo humano, sea cual sea la nacionalidad del combatiente, y materialmente se desarrolla con otra performance (Souvenirs), un videomontaje y unas esculturas de madera. Se da la circunstancia de que Souvenirs que estrenó La Casa de Quevedo, se representará el 20 de noviembre de 2014 en el Instituto Heinrich de Düsseldorf, que, interesado en este Festival de Poesía Visual, quiere coproducir con La Casa de Quevedo, los próximos programas de este Festival, que se representaría en todo o en parte de ambas instituciones.


   El director de La Casa de Quevedo, José María Lozano, citó en su discurso de apertura del Festival que “el hombre destruye al hombre, pero también crea belleza”. Una magnífica frase que acabó convirtiéndose en algo premonitorio de lo que los espectadores iban a presenciar en los dos días de festival. La noche del viernes nos dejamos llevar con los movimientos de la bailarina entre las infinitas sillas de madera y la buena música de las dos performances hasta que un fallo técnico a mitad de la segunda, Souvenirs, obligó a repetir la performance desde el principio. El fallo volvió a estar en el mismo instante y, ahora sí, el silencio puso en jaque al colectivo artístico evidenciando la falta de trabajo en equipo. La performance fue cancelada generando frustración entre todos: artistas y público. Con una sonrisa amarga nos fuimos de allí cabizbajos a la espera del día siguiente. En mi opinión, saber trabajar en equipo facilita el camino al éxito y es todo un reto en equipos multiculturales, de ahí mi rabia al ver como el ego de los artistas quiso apuntar a un miembro del equipo como culpable. Ya con la lección aprendida para el sábado, este grupo de amigos facilitaron con su montaje olvidarnos de lo mundano ocurrido en la noche anterior y, entonces, fue cuando el hombre creó belleza. La poesía del arte se adueño del silencio regalándonos una velada intimista diferente a las otras muchas que la Torre de Juan Abad ofrece. Finalmente pudimos entender que toda la obra, Souvenirs, se articulaba en torno a un destrozo corporal producido por las granadas y los gases tan utilizados en la Primera Guerra Mundial, una guerra de trincheras, ballonetas, gases y granadas. Es la guerra que más mutilados produjo (como en la Civil española) y provocó tanta investigación de prótesis para mutilados. El ahogo del gas mostaza, la pérdida de un brazo, de una pierna, de un trozo de la cara eran los cuatro cuadros que se desarrolaban en la performance, con la presencia dramática que sólo Soo Jin tiene, con la oportuna narración de Pedro Mari Sánchez de un texto del Relati de un Superviviente de Gerald Brenan, con las músicas de Inés Taddio, Mark Sabat, Arbeit, etc, pero sobretodo con el silencio. Posiblemente todo ello sea un recuerdo -el de este Festival- que quedará marcado en nuestra memoria como si se tratase de una de aquellas noches gloriosas de los veranos de nuestra infancia. ¡Chapó!


Esculturas de la instalación Próxima Estación.

   Más sobre José María Guijarro, pulse aquí.

sábado, 11 de octubre de 2014

La Red de Contenedores de Madrid.

   Con la ayuda de su cabeza e incorporándose un poco levantó la tapa del contenedor donde había pasado la última noche. Apoyó las manos en el borde y a través de la ranura hizo una inspección visual de la calle donde se encontraba. Un edificio situado al final de la misma se coronaba por el doblamiento intencionado en rojo de la decimonona letra del abecedario español amarradas por la silueta azul de una gaviota. Para él, como para muchos, las gaviotas eran el equivalente a las ratas en el aire y símbolo de la decadente situación actual. El hecho le produjo cierta gracia saliendo del contenedor para dirigirse al propio edificio. Escupió y a gusto se quedó. Después respiró y tranquilamente sacó de su bolsillo un plano doblado y muy usado que representaba de manera sencilla las conexiones que se producían en la RCM, Red de Contenedores de Madrid. Se trataba de un nuevo proyecto en estudio encargado por el Ministerio de Fomento. El encargo surgió, según declaró el gobierno, por la necesidad de nuevos medios de transportes y por aquello de explorar en el reciclaje, tema muy recurrente para realizar la desviación de fondos europeos. El objetivo era la misma privatización de la red de contenedores de basura de la ciudad, ya que estos se convirtieron en hogares minimalistas en alza, debido a los bajos sueldos y la aceptación irremediable de los contratos basura por parte de la sociedad. Habíamos llegado a una situación insostenible y, por primera vez en la historia de este gobierno, decidieron reducir presupuesto destinado a armamento militar para invertirlo en mejoras de movilidad en la gran metrópolis. Esta decisión llegó con veinte años de espera al igual que los iraquíes, que a día de hoy todavía no tenían poder para el control de su país, pero que ya esperaban amablemente. La EMT desapareció cinco años atrás al igual que ocurrió con el asfalto que aún radiaba calor. Las calles fueron cubiertas por un manto metálico, interminable, móvil, multicolor, sonoro, tóxico, de aspecto muy moderno y confuso que formaban los coches que obsesionaban a sus conductores con la idea de formar parte del paisaje urbano. Esta obsesión se debió al reciente debate nacional que copaba los medios de comunicación y que separó al país en dos, una vez más, los que estaban a favor de elevar este manto a categoría de patrimonio de la humanidad declarado por lo UNESCO y los que estaban en contra. En términos vulgares y por aclararlo de otro modo, el pueblo, en contra y que lo entendía como una auténtica vergüenza y los gobernantes, como siempre encantados. El metro seguía volando con sus malos olores constantes bajo el suelo de Madrid, que según la RAE, este suelo fue culpable de la extinción del término caro del diccionario, pues el precio de la vivienda era tan desorbitado que el término ya no hacía justicia. El metro se había convertido en un medio de transporte muy privilegiado para desplazarse por la ciudad debido al incremento de población sufrido en la última década. La población se cuadriplicó elevando el misterio de por qué ganaba la derecha cuando la sociedad se definía de izquierdas. Por eso atormentado por esta idea como la mayoría de los ciudadanos, él escupió en el edificio que se presentaba de manera solemne y omnipresente. Era la piedra angular cuyo ojo interior controla todo el sistema. El ministerio había ordenado justo aquí una parada para ellos. El criterio adoptado para la creación de las líneas de la RCM era mostrar el folclore más profundo, por eso la decoración se basaría en peinetas, abanicos, claveles, castañuelas, banderillas y toros pegados con super-glue en los exteriores de los contenedores haciendo así de ellos una imagen más reconocible para el transporte del futuro. El prototipo de contenedor gris con tapa naranja sería auténticamente desfasado con esta idea que ellos calificaron como altamente revolucionaria. El día que la presidenta de la comunidad mostró parte del proyecto a los medios de comunicación dijo “siento una felicidad plena porque yo misma he diseñado el “eurofolkontenedor”. En fin, que estoy tan feliz que os voy a bailar el chotis”. Todo el país quedó atónito con el chotis que nos bailó nuestra señora la presidenta. Después de quedarse a gusto se relajó y Pedro, su compañero de trabajo, lo llamó a gritos desde unos de los contenedores que había al final de la calle. Las manos de Pedro lo cogieron del pecho metiéndolo en el contenedor. Los olores de algunos accesos a la RCM eran difíciles de solucionar, se quedaban fuertemente impregnados en la ropa de los usuarios, lo que planteaba dos soluciones: la subida de los precios de los perfumes en un futuro próximo o, en caso contrario, la aceptación del olor como adaptación del ser humano a un nuevo medio, un paso mas en la evolución de la especie. En el trayecto mientras Pedro le contaba que en el centro había una gran manifestación como la de los tiempos del NO A LA GUERRA. Él se rajó superficialmente en la parte inferior del pecho derecho con un hierro mal colocado que sobresalía de una de las paredes y se quitó su camisa para taponar la hemorragia. Tras los veinte minutos que duró el viaje hasta Callao fueron escupidos violentamente por un contenedor cercano a la plaza. La violencia que tenían algunas de las salidas estaba siendo objeto de mejora de la red. El proyecto estaba muy verde y ya había muerto bastante personal en los accidentes laborales, algo que curiosamente no producía bajas en los censos electorales. Esto podría ayudarnos a explicar parte del misterio. Él dejó la camisa toda ensangrentada en el contenedor de turno. Sus manos tenían sangre. Él y Pedro se incorporaron a la manifestación en contra de los grandes muros que se estaban levantando en las fronteras. Según el gobierno se levantaban para recuperar el macho ibérico que estaba prácticamente extinguido, y que la anexión a la UE había acelerado la desaparición del ejemplar. Había una pantalla plana que ocupaba toda la fachada del cine de Callao. Mostraba imágenes de los gobernantes excitándose con las voces de protesta de la gente y de vez en cuando daban las gracias a los ciudadanos con gran indiferencia. Él se sintió tan indignado y le dijo a Pedro que iba a actuar. Pedro se alejó de él mientras hizo hueco entre la gente. Una música galáctica se adueñó del lugar y todo el mundo pudo ver un haz de luz por el que ascendía Él con todo su cuerpo estirado y manchado de sangre. Tomó una posición relevante en el aire y desde allí mandó idiomas nuevos a toda la población.

viernes, 10 de octubre de 2014

Próxima parada.

   Ayer tropecé y caí en una conferencia de cirujanos que debatían sobre nuevas formas y maneras de hacer más útil una cicatriz. Hablaban del aspecto andrógino como inspiración para la realización de los nuevos cortes y de nuestras similitudes con la naranja de Valencia. Uno fue altamente ovacionado tras dar a conocer el resultado de su investigación, la cual demostraba que la araña común tras rociarse con jugo de limón podía actuar como grapa en nuestros órganos acelerando el proceso de cicatrización en un 60% y que ahora estaba intentando mejorar el resultado aplicando pequeñas dosis de cilantro. Hubo uno, que de tanta emoción, tiró cohetes en la sala y todos respondieron con un largo ¡oh, que bonito! Una mujer de unos treinta años mostraba su reciente cicatriz de apéndice recorriéndola con el dedo y explicando que no tendría que gastarse dinero en bolsos de piel debido a la gran cavidad que le habían dejado al experimentar una nueva forma. Añadió que se sentía así más fina y segura y mostró gran agradecimiento al equipo de cirujanos que experimentó en su cuerpo. En la escena apareció un hombre bien entrado en edad, explicaba que debido a la hendidura aparecida en su cabeza tras la operación de tumor cerebral a la que se había sometido, su felicidad había crecido en un 50% pues sus nietos ahora los usaban como hucha. Dijo que se sentía más útil en casa y que ahora no tenía que pedir dinero para realizar sus escapadas para jugar al mus. Sugirió a los cirujanos la mejora del método para la extracción del dinero de su cabeza porque le causaba molestos dolores de cabeza, especialmente con las monedas de dos euros. Yo como no entendía nada, y harto de no saber que expresión poner en mi cara, adopté forma de silla quedando bien integrado en la sala. De pronto, una belleza rubía y de cuerpo excitante entró y con decisión se sentó sobre mí. ¡Qué brusca! ¡Ay, qué dolor! A ver, muévete un poquito hacia la izquierda. ¡Ahora sí! Sube, baja, sube, otra vez… muy bien, así me gusta ¡oh, qué placer! La conferencia terminó y ella se levantó. Me incorporé en la sala y una mano vino buscando bruscamente la mía. Pues muy bien, encantado yo también pensé. Me di media vuelta para terminar solicitanto la próxima parada.